DECÁLOGOS
Objetivos:
¨ Concienciar a los alumnos y alumnas de su responsabilidad en la marcha del curso.
¨ Fortalecer el espíritu de grupo.
¨ Crear un ambiente de tolerancia y respeto.
¨ Aprender a reflexionar sobre nuestro comportamiento (Evaluación)
Desarrollo de la actividad:
Se trata de elaborar entre todos y todas diez enunciados que recojan las normas necesarias para convivir y trabajar, con la tranquilidad que nos respetan y escuchan.
Este decálogo habrá que cuidarlo y mimarlo durante todo el curso.
Para elaborarlo en primer lugar se debe abrir un debate para aclarar lo que pretendemos conseguir, a continuación se organizan en grupos y se les proporciona otros decálogos (el del curso anterior, decálogos para la paz,…) para que comparen y puedan crear en tono positivo las normas por las que se regirán durante todo el curso. No es una tarea fácil, y puede ocupar prácticamente el primer trimestre, pues después hay que unificar los resultados de los distintos grupos en un solo decálogo, debatiendo la redacción y la oportunidad o no de los diferentes apartados, así como el orden de aparición de los mismos.
Una vez finalizado y aprobado por unanimidad, se reparten de una en una las diez normas para que en pequeño grupo, elaboren un pequeño cartel en forma de collage, que la ilustre. Los diez carteles formarán un póster que se colocará en el rincón de los valores.
Se trata de elaborar entre todos y todas diez enunciados que recojan las normas necesarias para convivir y trabajar, con la tranquilidad que nos respetan y escuchan.
Este decálogo habrá que cuidarlo y mimarlo durante todo el curso.
Para elaborarlo en primer lugar se debe abrir un debate para aclarar lo que pretendemos conseguir, a continuación se organizan en grupos y se les proporciona otros decálogos (el del curso anterior, decálogos para la paz,…) para que comparen y puedan crear en tono positivo las normas por las que se regirán durante todo el curso. No es una tarea fácil, y puede ocupar prácticamente el primer trimestre, pues después hay que unificar los resultados de los distintos grupos en un solo decálogo, debatiendo la redacción y la oportunidad o no de los diferentes apartados, así como el orden de aparición de los mismos.
Una vez finalizado y aprobado por unanimidad, se reparten de una en una las diez normas para que en pequeño grupo, elaboren un pequeño cartel en forma de collage, que la ilustre. Los diez carteles formarán un póster que se colocará en el rincón de los valores.
Cuando son más pequeños se les puede proporcionar el decálogo ya redactado, para trabajarlo en grupo. En este caso se formarán diez pequeños grupos cada uno de los cuales se encargará de presentar y explicar al resto de la clase la norma que le haya correspondido una vez que hayan elaborado un pequeño cartel ilustrándola. Una vez presentadas se recopilan todos los carteles en uno solo y después de aprobarlo por unanimidad lo firmarán uno por uno, comprometiéndose en su cumplimiento. Este documento se firmará también por el tutor o tutora y se le pondrá el sello del centro colocándose en el rincón de los valores donde se sitúa también el "cariñograma".
Al final de cada trimestre se evalúa el nivel de cumplimiento de cada una de las normas a nivel de grupo y a nivel individual y se comentan los resultados.
DECÁLOGO DE 5º
1º.- Seremos 26 compañeros y compañeras. Compartiremos y disfrutaremos juntos todos los momentos.
2º.- Nos llamaremos por nuestro nombre con respeto.
3º.- Seremos puntuales en las entradas y salidas del colegio y de la clase.
4º.- Sabremos escuchar a los profesores y a nuestros compañeros y compañeras cuando se dirijan a nosotros.
5º.- Disfrutaremos trabajando en silencio.
6º.- Nos gustará el orden y la limpieza en nuestros cuadernos y trabajos.
7º.- Realizaremos todos los deberes solos y de forma rápida y eficaz.
8º.- Preguntaremos todas las dudas en clase en voz alta, con la tranquilidad que todos nos escuchan y respetan.
9º.- Guardaremos el turno de palabra, que se pedirá levantando la mano.
10º.- Cuidaremos el colegio como algo nuestro que es.
DECÁLOGO DE 6º
(Decálogo elaborado por los alumnos después de un trabajo en grupo)
1º.- Intentaremos conocernos mejor a nosotros y a los demás, para así poder llevarnos mejor y respetarnos.
2º.- Comparte con los demás y todos te lo agradecerán.
3º.- Crearemos un ambiente mejor si hablamos en voz baja y mantenemos el aula limpia y ordenada.
4º.- Aprenderemos a escuchar con mucha voluntad a nuestros mayores y a todos los demás.
5º.- El turno de palabra guardarás y la mano levantarás si ganas tuvieras de hablar.
6º.- Haremos el trabajo de forma eficaz, con esmero, en silencio y sin protestar.
7º.- Debes llegar puntual, llamar a la puerta antes de entrar y tu retraso justificar.
8º.- Respetaremos a los delegados y delegadas.
9º.- Trabajaremos en grupo compartiendo nuestras ideas, dialogando y tolerando las opiniones de los demás.
10º.-El decálogo es importante para que todo funcione bien. Cumplirlo es nuestra responsabilidad.
EVALUACIÓN DEL DECÁLOGO.
Completa cada casilla con la letra correspondiente, según el nivel de satisfacción obtenido:
A: Nivel Alto
M: Nivel Medio
B: Nivel Bajo
(Se realiza una tabla donde se sitúan las diez normas y al lado de cada una. dos casillas para valorar el grado de cumplimiento a nivel individual y de grupo, utilizando la nomenclatura anterior: A/M/B)
POR FUERA Y POR DENTRO
Es fundamental que el aula se convierta en un lugar acogedor, son muchas las horas que vamos a compartir dentro, trabajos y experiencias. Tenemos que tener presente que vamos a influir en la forma de funcionar o en el estilo de hacer las cosas de nuestros alumn@s.
No podemos hacerlo en el entorno exterior donde se mueven, pero si, podemos ofrecerles un espacio, en la escuela, cercano, donde se pueda convivir en armonía.
Reflexiones como éstas, son las que nos llevan a preparar nuestras clases a comienzo de curso, cuidando el orden del mobiliario y del material y por qué no, en la medida de lo posible del color y de los rincones.
Es fundamental que el aula se convierta en un lugar acogedor, son muchas las horas que vamos a compartir dentro, trabajos y experiencias. Tenemos que tener presente que vamos a influir en la forma de funcionar o en el estilo de hacer las cosas de nuestros alumn@s.
No podemos hacerlo en el entorno exterior donde se mueven, pero si, podemos ofrecerles un espacio, en la escuela, cercano, donde se pueda convivir en armonía.
Reflexiones como éstas, son las que nos llevan a preparar nuestras clases a comienzo de curso, cuidando el orden del mobiliario y del material y por qué no, en la medida de lo posible del color y de los rincones.
El color es algo que asociamos a infantil, cuando entramos en una de sus aulas, entendemos rápidamente que es un lugar donde se puede cantar, dibujar e incluso se mueven los alumnos con más libertad, pues por qué no utilizarlo en los demás niveles. Si la clase necesita un zócalo por qué no elegir un color alegre o relajante con una cenefa adecuada a la edad, en lugar de dirigirlos hacia el gris del adulto inexpresivo.
En cuanto a “los rincones”; ya hace tiempo que los maestr@s recuperamos para la escuela esta palabra maltratada durante años. Ha sido mágico aunque muy trabajado cambiar frases como “Castigado al rincón” por “El rincón de la lectura”.
Se ha tratado de buscar dentro de unos determinados metros cuadrados, micro espacios que cubran todas las necesidades.
En mi clase se ha convertido en imprescindible el rincón de los valores dedicado al decálogo y a los “cariñogramas”, el informático con el ordenador del aula, los delegados han creado su propio espacio para sus listas y anotaciones, el rincón de la poesía que nos invita a renovarlo con los acontecimientos que surgen a lo largo del curso, el de la programación con nuestra pequeña mascota encima de la pizarra. Los proyectos de las distintas unidades didácticas y de las noticias los hemos sacado al pasillo y hemos adornado la pared con póster de Naturales, de inglés o hasta de lecturas como “Harry Potter”. Para mantener activos tantos espacios necesitamos responsabilizarnos todos, de ahí la labor de los delegados de clase.
En cuanto a “los rincones”; ya hace tiempo que los maestr@s recuperamos para la escuela esta palabra maltratada durante años. Ha sido mágico aunque muy trabajado cambiar frases como “Castigado al rincón” por “El rincón de la lectura”.
Se ha tratado de buscar dentro de unos determinados metros cuadrados, micro espacios que cubran todas las necesidades.
En mi clase se ha convertido en imprescindible el rincón de los valores dedicado al decálogo y a los “cariñogramas”, el informático con el ordenador del aula, los delegados han creado su propio espacio para sus listas y anotaciones, el rincón de la poesía que nos invita a renovarlo con los acontecimientos que surgen a lo largo del curso, el de la programación con nuestra pequeña mascota encima de la pizarra. Los proyectos de las distintas unidades didácticas y de las noticias los hemos sacado al pasillo y hemos adornado la pared con póster de Naturales, de inglés o hasta de lecturas como “Harry Potter”. Para mantener activos tantos espacios necesitamos responsabilizarnos todos, de ahí la labor de los delegados de clase.
Como corresponde a una sociedad democrática, cada miembro tiene su cometido y su responsabilidad. Así, que sin menospreciar la función primordial de los delegados o delegadas elegidos por votación cada trimestre, los demás miembros de la clase se reparten la supervisión de tareas y juegos.
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