domingo, 28 de septiembre de 2008

IDEA PARA EL TRABAJO COOPERATIVO



DISFRUTAMOS TRABAJANDO EN GRUPO.

Objetivo:

¨ Facilitar el trabajo en grupo.
¨ Aprender a valorar las opiniones de los demás.


Desarrollo de la actividad:

Consiste en crear situaciones que propicien el trabajo en grupo, tanto dentro como fuera del aula. La experiencia de organizarse en pequeños grupos, elegir el lugar de reunión, buscar los materiales y la fuente de información necesaria resulta muy positiva; esto sería el caso de los trabajos que solemos mandar para realizar en grupo fuera del horario escolar. En algunos casos estas salidas son las primeras que realizan nuestros alumnos y alumnas para reunirse con sus amigos y amigas con un objetivo diferente al de divertirse y jugar, lo que conlleva la cooperación de los padres
Dentro del aula, la finalización de una unidad didáctica propicia que dediquemos una sesión a realizar proyectos en pequeño grupo, para lo cual también tendrían que tener el material y el boceto de lo que van a realizar preparados para la fecha indicada.

ANIMACIÓM A LA LECTURA.

Algunos pensarán que este apartado merecería un capítulo aparte, pero a mi entender enmarcarlo dentro del trabajo cooperativo es fundamental. La mejor técnica de animación a la lectura es la que se desarrolla en gran grupo.
Cuando se realiza la lectura conjunta de un libro ya sea en clase, en sus casas, en voz alta o en silencio resulta fundamental la complicidad del profesor o profesora (Habiéndose leído el libro previamente) para intrigar, motivar y animar a todos con propuestas de posibles sucesos en el desarrollo de la lectura, con preguntas que hagan reflexionar sobre la actuación de los personajes, etc.
Una experiencia que resulta muy gratificante es que los profesores leamos los libros que más acogida tienen entre sus alumnos y alumnas a título particular y por supuesto después de ellos. Cuando el resto de la clase ve que la profesora habla con los compañeros sobre una historia que comparten y los escuchan como se ríen, se estremecen o se enfadan con alguna escena; os aseguro que despierta una curiosidad tremenda. Me sucedió cuando salieron los primeros ejemplares de “Harry Potter” (antes que llegara a la gran pantalla), le han seguido colecciones como “Manolito gafotas” “Kika Superbruja”, o la trilogía de Christopher Paolini: “Eragon”, “Eldest”.Ahora, febrero de 2008, que estoy repasando este documento tendría que añadir la trilogía de “Memorias de Idhun” las colecciones de “Escuela de cazadragones” o “Spiderwick”. Este tipo de lectura despierta tanto interés que son muchos los alumnos y alumnas que se enganchan a esta dinámica, provocando el asombro de algunos padres y madres.
De esta última experiencia surgió una idea genial. Se acercaba La Navidad y no encontrábamos una obra que nos entusiasmara a todos, me fui a una gran librería e intenté buscar algún libro de teatro que pudiéramos adaptar. No funcionaba. De pronto empecé a ver los títulos de los libros que algunos de mis alumnos y alumnas manejaban, los identificaba con cada uno de ellos y por supuesto me acordaba de todos los que manifestaban abiertamente que no les gustaba leer y, allí estaba “Kika y el hechizo de la Navidad”. La palabra hechizo era la clave, necesitaríamos un gran hechizo para captar a estos futuros lectores. De ahí surgió nuestra obra “Los libros y el hechizo de la Navidad”. Podría decirse que todos los personajes de los distintos libros se disputaran el venirse a nuestra clase y así se lo hice saber a mis alumnos y alumnas. Al día siguiente después de contarles lo sucedido les propuse:
- Levantad la mano todos los que la lectura no les entusiasme.
Entre risas levantaron la mano un grupo muy variado a los que les propuse que ellos serían los que harían la primera escena del teatro de Navidad. Más tarde formarían el grupo de niños dormidos como acordamos en llamarlos.
Todos los demás serían los encargados de representar a los personajes que devolverían el gusto por la lectura a sus compañeros. Deberían agruparse, elegir un libro, distribuirse los personajes y escribir el diálogo para convencer a algunos de los niños dormidos a vivir una aventura con ellos.
Una vez hecho el trabajo llegó el momento de darle forma a todas las escenas. Si bien, la gran mayoría de los diálogos hubo que modificarlos lo que sí sirvió fue para saber con qué personajes se identificaban cada uno y fue sorprendente ver como encajaban en ellos. Lo que sirvió para que la interpretación resultara entrañable (Podéis encontrar esta obra de teatro en la entreda de Teatros de Navidad)

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